jueves, 7 de enero de 2010

Whatever works...

"No estoy en contra de las ideas de Cristo o de las ideas de Marx y el socialismo. Ambas ideas son estupendas. Sólo digo que las dos tienen un error fundamental; y es que se basan en la idea de que el ser humano es honesto"

Boris Yellnikoff.


Bueno, después de un año realmente catártico. En el que muchas cosas se movieron de lugar y de destino. Regreso por fín a escribir este blog, al que he tenido algo abandonado en los últimos seis meses. No prometo escribir más a menudo, ni nada por el estilo; simplemente espero que este año, sí me deje hacer más cosas como esta.

La cita (básicamente es lo que dice) del principio de esta entrada, es del personaje principal de la película "Whatever works" (Lo que sea que funcione) del 2009 de uno de mis directores de cine favoritos: Woody Allen. Que como es costumbre, no han estrenado (ni creo que lo hagan) en México.

En esta cinta Woody Allen maneja un alter ego, protagonizado por Larry David, llamado Boris Yellnikoff. Este personaje tiene como características ser un neurótico total, tener pánico nocturno y aversión por las mujeres; además se considera un genio (ya que estuvo a punto de ser nominado al premio Nobel de física cuántica) y tiene una especie de desprecio amargo por sus congéneres promedio. Boris vive en medio de una especie de lástima y coraje tanto por él mismo como por el mundo que lo rodea, pensando que los seres humanos somos una raza condenada al fracaso por nuestra natural estupidez. Por esta razón, la frase "whatever works" se vuelve una especie de consigna, de mantra pesimista del protagonista frente a un mundo hostil y muy por debajo de su nivel intelectual.

La película gira en torno a una relación que Yellnikoff entabla con una joven rubia estereotipada "Bimbo girl", la cual es caracterizada por Evan Rachel Wood. Entrando a la vida de Boris por azares fílmicos y logrando la transformación del protagonista que se espera en una comedia. Después de mil acrobacias, de esas a las que nos tiene acostumbrados Woody Allen, la frase "whatever works" se transforma de pesimista, a un punto; si bien no optimista, sí de aceptación y de búsqueda del equilibrio del protagonista.

Esta cinta tiene muchos motivos para verse. En este film se muestra a un Woody Allen, ya no buscando hacer su película de Fellini, como en "Vicky, Cristina, Barcelona" del 2008, o su tragedia greco-sajona de "Cassandra's Dream" del 2007. Es más, ni siquiera la filma en Europa. En esta película regresa a Nueva York, cosa que no hacia desde 2004 con "Melinda and Melinda", y regresa con ese humor ácido que no se veía desde los 70's principio de los 80's. Aquí se encuentra a un Allen buscando en perspectiva algo así como el sentido de la vida, haciendo una especie de reflexión metafísica de la condición humana y su desarrollo al paso del tiempo. Obviamente basado en SU condición humana y en SU paso por el tiempo. Este egocentrismo fílmico de Allen de alguna forma se ha vuelto universal, por lo que acaba siendo reflejado en el inconsciente colectivo. Desde "Stardust memories" de 1980, Woody no había reflexionado tan directamente sobre su presente como en esta película; tal vez sea por su edad, pero al menos se toma el tiempo de detenerse un momento y darse cuenta de que las cosas, aunque parezcan malas, si funcionan, están bien.

Esta película, es un respiro a ese periodo sublime y barroco de su etapa europea, ya estabamos cansandonos de Scarlett Johansson. No digo que sean malas películas, de hecho, "Match point" del 2006, es una de mis favoritas. Pero si creo que fué un buen movimiento hacer una parada y mirar hacia atras. A ver que nos trae este año con "You will meet a tall dark stranger" título tentativo de su nueva película, con Anthony Hopkins y Josh Brolin.

Y bueno, esto de opinar sobre películas, a fin de cuentas, no deja de ser un ejercicio egocentrista al igual que muchos otros, así que mejor veanla, al menos se van a reir un rato.

Saludos y ¡feliz año!

2 comentarios:

Mario Rosaldo dijo...

Extrañábamos tus artículos, ¡qué bueno que te diste un tiempo para escribir!

¡Feliz Año Nuevo!

AmanitaMuscaria dijo...

G-E-N-I-A-L
como todo lo de Woody