jueves, 2 de octubre de 2008

Tlatelolco.




Hoy se cumplen 40 años de lo ocurrido en la plaza de las tres culturas en Tlatelolco, aquí les dejo un poema de Rosario Castellanos, In Memorian.


La oscuridad engendra la violencia
y la violencia pide oscuridad
para cuajar el crimen.
Por eso el dos de octubre aguardó hasta la noche
para que nadie viera la mano que empuñaba el arma,
sino sólo su efecto de relámpago.

¿Y a esa luz, breve y lívida, quién? ¿Quién es el que mata?
¿Quiénes los que agonizan, los que mueren?
¿Los que huyen sin zapatos?
¿Los que van a caer al pozo de una cárcel?
¿Los que se pudren en el hospital?
¿Los que se quedan mudos, para siempre, de espanto?
¿Quién? ¿Quiénes? Nadie.
Al día siguiente, nadie.

La plaza amaneció barrida;
los periódicos dieron como noticia principal el estado del tiempo.
Y en la televisión, en la radio,
en el cine no hubo ningún cambio de programa,
ningún anuncio intercalado
ni un minuto de silencio en el banquete. (Pues prosiguió el banquete.)

No busques lo que no hay:
huellas, cadáveres que todo se le ha dado
como ofrenda a una diosa,
a la Devoradora de Excrementos.
No hurgues en los archivos
pues nada consta en actas.
Más que aquí que toco una llaga: es mi memoria.

Duele, luego es verdad.
Sangre con sangre y si la llamo mía traiciono a todos.
Recuerdo, recordamos. Ésta es nuestra manera de ayudar
a que amanezca sobre tantas conciencias mancilladas,
sobre un texto iracundo, sobre una reja abierta,
sobre el rostro amparado tras la máscara.

Recuerdo, recordemos
Hasta que la justicia se siente entre nosotros.

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