lunes, 10 de noviembre de 2008

The future.



En cierta ocasión, durante una clase en la primaria (en los lejanos 80´s del siglo pasado), estábamos estudiando la historia de la revolución mexicana, en ese entonces, mi profesor de sexto año, (que en ese entonces era un joven de ideas de izquierda), comentaba que nunca en la historia de México había gobernado otro partido político que no fuera el PRI, claro que había cambiado de nombre desde los años de independencia hasta ese entonces, pero que básicamente era el mismo. Así que, la revolución terminaría, cuando el PRI dejara de gobernar, algún día en el futuro (me cae que eso dijo).

También recuerdo que durante esos años y los venideros antes del nuevo milenio, se pensaba que para el año 2000, la humanidad habría alcanzado tal desarrollo tecnológico, que, casi por rebozamiento, también habría alcanzado un grado de educación y conocimiento que haría de este mundo una verdadera utopía. Un mundo tolerante, comunicado, sin enfermedades, sin pobreza, con todas las necesidades básicas cubiertas y con un nivel de vida decente, al que todos podrían acceder, ¡bueno!, una maravilla. De hecho recuerdo una película de Chucho Salinas y Héctor Lechuga, que se llamaba México 2000, en la que unos supuestos seres celestiales van a destruir el mundo porque era (y es) un asco (hagan de cuenta como en Evangelion); pero un amable ángel intercede por los mexicanos, diciendo que eran una raza buena, y que podían cambiar. Aquí muestran, una visión de lo mas bizarra y exagerada, pero graciosa, del México en el 2000 (para nada es buena película, pero si es muy graciosa)

De igual manera, en algunas películas en las que se hablaba del futuro (me viene a la mente "el quinto elemento", pero estoy seguro que hay mas); se mostraba que el presidente de E.U. era negro, mostrando una vez más, que, cuando eso pasara, sería porque ese país había alcanzado un grado de cultura y civilización en la cual no importaban las razas ni los prejuicios (y hasta los automóviles volaban).

¿Y que pasó entonces?

Pues nada; desde 12 meses antes de la llegada del 2000, todos estábamos comentando la desgracia que nos caería con el Y2K, y el colapso de los sistemas mundiales de comunicación, llegó el 1o de enero y todo era igual, los coches no volaban, el SIDA avanzaba implacable, seguían las guerras y hambrunas, las viejas no estaban mas buenas, ni hubo colapso de las redes mundiales de comunicación; en fin, y no pasó nada.

Ese año 2000 también se logró que; después de un lustro de crisis moral, anímica y económica de México, llegara a la presidencia un hombre (ya no importaba cual) que no era del PRI. Se armó un pachangón, ¿o a poco no se acuerdan?, todos estábamos con ojos de caricatura japonesa pensando que al fin saldríamos del hoyo en el que nos encontrábamos. Ja ja ja, nada mas lejos de la realidad.

Solamente tuvimos al presidente mas pelele y hablador de todos los tiempos; con una imagen de imbécil a la que solo George Bush pudo igualarle; una verdadera desgracia.


Ahora llega Obama a la presidencia, y esta vez, la pachanga fue mundial. En México por desgracia, esa tarde, sucedió lo del avionazo en Polanco, así que nos abstuvimos de estar viendo las elecciones gringas, mas preocupados por el incidente. Sobre todo los que tenemos familiares o conocidos que pasan por la zona o trabajan cerca del lugar del accidente.

Pero en países se armó la fiesta, como si se hubiera descubierto la vacuna del SIDA o del cáncer, como si en verdad ya no hubiera racismo, ni discriminación; como si el mesías hubiera regresado (cualquier mesías en el que crean). ¡Bueno, hasta Chávez y Castro se unieron a las felicitaciones!. Pero en realidad E.U. sigue siendo el mismo país racista, ventajoso, intervencionista e hijo de su P.M. que todos conocemos de toda la vida; no creo que por haber llegado Obama a la presidencia eso vaya a cambiar; tal vez la situación política de nuestro país hacia con ellos mejore, pero nada mas.

Queremos seguir creyendo que la utopía llegará en cualquier momento, como un milagro; y por desgracia seguimos trabajando individualmente para continuar en el caos, como individuos y como especie, sin darnos cuenta que las cosas no van a cambiar por la llegada de un símbolo a una presidencia.

En realidad estamos tan acostumbrados a vivir en esta distopía, que creo que, sería mas factible creer en el paraíso que nos venden las religiones, que en creer que este mundo va a cambiar. Que conste que no digo que no hagamos nada por tratar de mejorar, solo que está difícil que todos nos sintonicemos y jalemos para el mismo lado.

En fin, solo me queda claro que el futuro es un lugar maravilloso, pero debe seguir allí, porque cuando se alcanza suele ser una verdadera desilusión. A ver ahora que pasa, seguramente nada.

3 comentarios:

Su Satánica Majestad dijo...

Es verdad. Yo de plano ni voté por Fox; es más, no voté por nadie, pero recuerdo muy bien cómo todos mis conocidos se abalanzaron a votar por él con el único fin de darle en su madre al PRI. Uf. Craso error. Después voté por el Peje, y aunque sé bien qué clase de barrabasadas hubiera llevado a cabo, no diré que es la primera vez que los electores sufrimos atropellos por el gobernante en turno por quien votamos.

Total, dije, pues si ya estuvo el PRI, y el PAN nomás no pudo con el paquete... bueno, pues no se trata de darle 70 años al PAN para que aprenda, ¿no? ¡Si esto es una democracia, pues vamos a darle chance a los siguientes asnos! ¡Pero que sean diferentes, caray!

Y que no me vengan con el clichecito de que "bah, todos son iguales", porque no lo son (unos son más hijos de puta que otros).

¿Por qué no mejor aceptamos que preferimos más a un wey de presidente que a otro? ¿Por qué los que están contra el Peje se dejan de análisis elaborados, mamones, inflados, fatuos e inútiles y simplemente admiten que les caga y ya? Calderón tampoco me convence, pero creo que, si de consuelo sirve, me disgusta menos que Fox.

Ya ni sé por qué llegué hasta este punto, si tu entrada era sobre el buen Obama. bah, yo ni conozcoa ese wey, no sé qué clase de política se trae entre manos, ni sus tendencias, ni nada. Sólo lo que a medio planeta trae desquiciado: que es del mismo color que Michael Jackson cuando era niño.

Por lo demás... ¿qué se puede decir? Es el presidente electo de los Estados Unidos de Norteamérica.
Creo que eso habla más que su color de piel.

Saludos.

Mario Rosaldo dijo...

Pues será la tendencia al mesianismo, lo que hace pensar a muchos que una sola persona, o un solo partido, puede hacer tal cambio. Siendo esquemáticos, los resultados de las pasadas elecciones presidenciales de México apostaron en contra del caudillismo y, luego, a favor, del liberalismo. El caso de Obama podría verse de semejante manera, esto es, como la apuesta por un liberalismo más humnanizado. Pero nada de esto significa, en ninguno de los dos casos, que el cambio esperado vaya más allá de la superficie, de la forma o la mera apariencia, pues en primer lugar nada garantiza que los procesos iniciados de transformación económica vayan a ser contínuos y cada vez más radicales. Lo que la gente espera en realidad es una solución a corto plazo: salir de sus apuros económicos. Lo demás, a ver cuándo podrá ser.

Los años de la posguerra del 45 en adelante, hasta la década de los ochenta, fue una constante batalla propagandística para convencer a la gente de la imposibilidad de las utopías. La imagen del fatídico hongo nuclear contribuyó a reforzar la desilusión, a descreditar la utopía. Pocas fueron las voces que se levantaron a favor de la utopía en tanto expresión natural, y por tanto prerrequisito indefectible, del ser humano. Cada vez cobró más fuerza el punto de vista oficial, según el cual la utopía era una huida, una incapacidad para aceptar la realidad. Uno a uno los argumentos utópicos fueron distorsionados y neutralizados en una intensa campaña a favor del, llamémosle, "realismo liberal". Incluso disciplinas, como el psicoanálisis, fueron desacreditadas, tachándolas de metafísicas o no-científicas, pues en ellas se atrincheraban los defensores de la utopía más radical.

La celebración del fin de las ideologías fue más bien el festejo del triunfo de una sola ideología, la del liberalismo y sus nuevas máscaras. El fin de la confrontación Este-Oeste fue el pretexto para vender la idea de que ya no había por qué hablar de capitalismo, ahora se podía hablar de la aldea global y de la globalización, y relanzar la vieja idea del pluralismo democrático y la inclusividad. Hoy día, en el extremo de la intoxicación, se organizan grupos e instituciones parapedirle al Estado y al Capital que cambien voluntariamente sus métodos de producción y control. No hay utopía que oponerles, simplemente una plegaria.

Su Satánica Majestad dijo...

Ricklear: Gracias por tu comentario. La resolución de nuestro conlicto (mío y de mi chava) está ya bloggeada. Te agradezco la etallada información que escribiste en mi blog; créeme que es muy valiosa. No es mala onda, pero diré que espero no tener que echar mano de lla en lo sucesivo.

Un saludo. Y gracias de nuevo.

¡Nos vemos!