En cierta ocasión, durante una clase en la primaria (en los lejanos 80´s del siglo pasado), estábamos estudiando la historia de la revolución mexicana, en ese entonces, mi profesor de sexto año, (que en ese entonces era un joven de ideas de izquierda), comentaba que nunca en la historia de México había gobernado otro partido político que no fuera el PRI, claro que había cambiado de nombre desde los años de independencia hasta ese entonces, pero que básicamente era el mismo. Así que, la revolución terminaría, cuando el PRI dejara de gobernar, algún día en el futuro (me cae que eso dijo).
También recuerdo que durante esos años y los venideros antes del nuevo milenio, se pensaba que para el año 2000, la humanidad habría alcanzado tal desarrollo tecnológico, que, casi por rebozamiento, también habría alcanzado un grado de educación y conocimiento que haría de este mundo una verdadera utopía. Un mundo tolerante, comunicado, sin enfermedades, sin pobreza, con todas las necesidades básicas cubiertas y con un nivel de vida decente, al que todos podrían acceder, ¡bueno!, una maravilla. De hecho recuerdo una película de Chucho Salinas y Héctor Lechuga, que se llamaba México 2000, en la que unos supuestos seres celestiales van a destruir el mundo porque era (y es) un asco (hagan de cuenta como en Evangelion); pero un amable ángel intercede por los mexicanos, diciendo que eran una raza buena, y que podían cambiar. Aquí muestran, una visión de lo mas bizarra y exagerada, pero graciosa, del México en el 2000 (para nada es buena película, pero si es muy graciosa)
De igual manera, en algunas películas en las que se hablaba del futuro (me viene a la mente "el quinto elemento", pero estoy seguro que hay mas); se mostraba que el presidente de E.U. era negro, mostrando una vez más, que, cuando eso pasara, sería porque ese país había alcanzado un grado de cultura y civilización en la cual no importaban las razas ni los prejuicios (y hasta los automóviles volaban).
¿Y que pasó entonces?
Pues nada; desde 12 meses antes de la llegada del 2000, todos estábamos comentando la desgracia que nos caería con el Y2K, y el colapso de los sistemas mundiales de comunicación, llegó el 1o de enero y todo era igual, los coches no volaban, el SIDA avanzaba implacable, seguían las guerras y hambrunas, las viejas no estaban mas buenas, ni hubo colapso de las redes mundiales de comunicación; en fin, y no pasó nada.
Ese año 2000 también se logró que; después de un lustro de crisis moral, anímica y económica de México, llegara a la presidencia un hombre (ya no importaba cual) que no era del PRI. Se armó un pachangón, ¿o a poco no se acuerdan?, todos estábamos con ojos de caricatura japonesa pensando que al fin saldríamos del hoyo en el que nos encontrábamos. Ja ja ja, nada mas lejos de la realidad.
Solamente tuvimos al presidente mas pelele y hablador de todos los tiempos; con una imagen de imbécil a la que solo George Bush pudo igualarle; una verdadera desgracia.
Ahora llega Obama a la presidencia, y esta vez, la pachanga fue mundial. En México por desgracia, esa tarde, sucedió lo del avionazo en Polanco, así que nos abstuvimos de estar viendo las elecciones gringas, mas preocupados por el incidente. Sobre todo los que tenemos familiares o conocidos que pasan por la zona o trabajan cerca del lugar del accidente.
Pero en países se armó la fiesta, como si se hubiera descubierto la vacuna del SIDA o del cáncer, como si en verdad ya no hubiera racismo, ni discriminación; como si el mesías hubiera regresado (cualquier mesías en el que crean). ¡Bueno, hasta Chávez y Castro se unieron a las felicitaciones!. Pero en realidad E.U. sigue siendo el mismo país racista, ventajoso, intervencionista e hijo de su P.M. que todos conocemos de toda la vida; no creo que por haber llegado Obama a la presidencia eso vaya a cambiar; tal vez la situación política de nuestro país hacia con ellos mejore, pero nada mas.
Queremos seguir creyendo que la utopía llegará en cualquier momento, como un milagro; y por desgracia seguimos trabajando individualmente para continuar en el caos, como individuos y como especie, sin darnos cuenta que las cosas no van a cambiar por la llegada de un símbolo a una presidencia.
En realidad estamos tan acostumbrados a vivir en esta distopía, que creo que, sería mas factible creer en el paraíso que nos venden las religiones, que en creer que este mundo va a cambiar. Que conste que no digo que no hagamos nada por tratar de mejorar, solo que está difícil que todos nos sintonicemos y jalemos para el mismo lado.
En fin, solo me queda claro que el futuro es un lugar maravilloso, pero debe seguir allí, porque cuando se alcanza suele ser una verdadera desilusión. A ver ahora que pasa, seguramente nada.